Las grandes energéticas se quejan de las formas del Gobierno, que ha anunciado un nuevo impuesto sin aclarar las condiciones del nuevo gravamen, del tipo impositivo que se aplicará, de la base imponible concreta que se utilizará para calcular esos beneficios extra y cuánto acabará afectando a cada compañía. Desde las compañías se destaca las diferentes características de los negocios eléctrico, gasista y petrolero como para aplicar un mismo tipo de tributo a todas las actividades.
El Gobierno aprovechará los encuentros convocados con las grandes energéticas para trasladarles algunos detalles sobre cómo se aplicará el nuevo tributo, que se terminará de diseñar en los próximos días para que PSOE y Unidas Podemos activen su tramitación parlamentaria presentando una proposición de ley en el Congreso para agilizar el proceso.
En sendas entrevistas con Onda Cero y Telecinco, la vicepresidenta Ribera sí ha adelantado que la intención del Gobierno es calcular si con un mismo nivel de ingresos las compañías están obteniendo este año y el próximo un beneficio mayor en plena crisis energética y será entonces cuando se aplicará el nuevo tributo sobre esas ganancias extraordinarias.
La vicepresidenta, que no ha desvelado más detalles sobre el tributo que se prepara, sí ha reconocido que se está utilizando como referencia y como inspiración el diseño de este tipo de nuevo impuesto por parte del Ejecutivo italiano de Mario Draghi, que inicialmente aplicó un gravamen del 10% sobre los beneficios extra y finalmente lo ha elevado al 25%.
Ribera ha advertido de que se activarán mecanismos para vigilar si las compañías acaban repercutiendo al cliente final el coste que les represente el nuevo impuesto y para evitar que suponga un frenazo a la inversión. “Debemos centrarnos en contener precios y acelerar lo que permita a las compañías ganar beneficios en los próximos años”, ha dicho en referencia a las inversiones en renovables, “más que en incrementar beneficios y repartir dividendos”.