
Cómo ahorrar en la factura de la luz sin hacer reformas
Con el aumento constante del precio de la electricidad, muchas personas buscan formas de reducir su factura eléctrica. Una de las opciones más comentadas es la tarifa con discriminación horaria, también conocida como tarifa de precio variable según la hora del día. Pero, ¿realmente compensa este tipo de tarifa? En este artículo te explicamos en qué consiste, sus ventajas, desventajas y cuándo puede ser una buena idea.
¿Qué es una tarifa con discriminación horaria?
Es una modalidad de contrato eléctrico en la que el precio de la energía varía según la franja horaria. Generalmente se divide en:
- Horas valle (más baratas): normalmente por la noche y madrugada.
- Horas punta (más caras): durante el día, cuando hay más demanda.
- Horas llanas (precio medio): en las franjas intermedias (en algunos modelos de 3 tramos).
Esto significa que el coste de encender la lavadora a las 2 de la madrugada puede ser mucho menor que hacerlo a las 10 de la mañana.
Ventajas de la discriminación horaria:
Ahorro significativo si adaptas tus hábitos: Si puedes concentrar tu consumo en horas valle, podrías ahorrar entre un 10% y un 30% en tu factura mensual.
Ideal para viviendas con alta demanda nocturna: Por ejemplo, si usas acumuladores, cargadores de coche eléctrico o electrodomésticos programables.
Más control sobre el consumo: Te obliga a conocer tus hábitos eléctricos y a optimizar el uso de energía.
Desventajas o limitaciones
- Cambio de hábitos necesario: Si no puedes adaptar tu consumo a las horas valle, podrías incluso pagar más.
- Poca flexibilidad horaria para algunas personas o familias: No todos pueden poner lavadoras a medianoche o cocinar fuera de las horas punta.
- Puede generar confusión: Si no se controla bien, resulta difícil entender cuándo es más económico consumir energía, sobre todo si varían los tramos según la temporada o la compañía.
¿Cuándo compensa realmente?
Te compensa si:
- Tu consumo eléctrico es alto y puedes desplazar al menos un 30%-40% a las horas valle.
- Tienes electrodomésticos programables o domótica que te ayude a automatizar el consumo.
- Cargas vehículos eléctricos en casa.
- Trabajas fuera de casa durante el día y tu consumo es mayor por la noche.
No te conviene si:
- Tus hábitos de consumo son impredecibles.
- Pasas mucho tiempo en casa durante el día y no puedes mover el consumo.
- No te interesa modificar tus rutinas de uso de energía.
Antes de cambiarte, revisa tus hábitos y consulta tus consumos históricos. Muchas comercializadoras ofrecen herramientas o apps para simular lo que pagarías con diferentes tarifas. Y si decides hacer el cambio, asegúrate de entender bien los tramos horarios y adaptar tu consumo en consecuencia.
